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Ahora que soy madre de dos niños, poco a poco empiezo a darme cuenta de lo repugnantes que realmente son. Aunque no hay ninguna letra griega izada sobre mi puerta principal; los olores y el desorden que encuentras cuando entras, definitivamente te harán cuestionar si una fraternidad entera vive o no aquÃ. Espero que algún dÃa tenga mi propio baño privado o una ama de llaves (ya sabes, si gano la loterÃa). Hasta entonces, aquà hay 10 razones por las que vivir con un niño pequeño (hijo) es como vivir en una casa de fraternidad:
1. Están orgullosos de sus evacuaciones intestinales. Cada vez que mi hijo va al baño, tiene que mostrármelo. “Mamá, mira lo que hice – Ta Da!” (Sabes que eres madre cuando realmente miras y luego reaccionas dando un choca esos cinco).
2. Tienen higiene por debajo del par. Tengo que amenazar a mi hijo para que se cepille los dientes. Por lo general, le digo que se le caerán los dientes si no se los cepilla. Es decir, lo sé, pero no soporto su aliento podrido. Se limpia los mocos de los brazos, huele los pies, y te ahorraré los detalles y no hablaré de sus capacidades de limpieza.
3. Tienen mala punterÃa. Orina está en todas partes. Adivina esto: ¿qué tan difÃcil es orinar en un agujero gigante cuando estás parado a menos de una pulgada del inodoro? ¿Por qué es este concepto tan difÃcil para hombres / niños?
4. Pasan gas en cualquier momento, en cualquier lugar. Por lo general, cualquier viento rompedor va acompañado de risitas, asà que no me importa tanto. (Si eres un hombre adulto, entonces no es lindo).
5. Les gusta tocarse a sà mismos. Incluso mi hijo de ocho meses alcanza inmediatamente las partes de su niño en el momento en que le quita el pañal. La semana pasada, mi niño se bajó los pantalones para mostrarle a mi suegra sus partes Ãntimas. Los hombres y su orgullo. Supongo que comienza al nacer.
6. Tiran de los All-Nighters. Mi hijo está atravesando un crecimiento acelerado y es un ave nocturna, lo que significa noches de insomnio para mà también. Incluso si se acuesta tarde, se levanta a las 6 de la mañana. No puedo esperar hasta que sea un adolescente y duerma todo el dÃa.
7. Sus habitaciones están destrozadas. Limpio la habitación de mis hijos al menos cuatro veces al dÃa y todavÃa parece que un tornado lo devastó. Para encontrar un par de calcetines, mi hijo insiste en sacar primero cada prenda y luego tira todo al suelo.
8. Intentan colarse en tu cama. Todas las noches mi hijo se duerme en su cama, pero todas las mañanas me levanto y él está en la mÃa. (En secreto, me encanta esto porque un dÃa no querrá abrazarme, y todavÃa no estoy listo para eso).
9. Son cometas vómito. Los niños pequeños son máquinas de vómito de proyectiles, en caso de que no lo supieran. Suele suceder cuando llevas un atuendo bonito y sale de la nada.
10. No tienen filtro. Deja que tu hijo te avergüence cada vez que tenga la oportunidad. El lenguaje ofensivo es solo parte de su vida diaria. La honestidad es una virtud, pero cuando tienes un niño pequeño, es una maldición.
Mientras trato de enseñarle a mi hijo a pensar en sus P y Q ahora, espero que a medida que envejezca sus modales sean más prominentes en nuestra vida cotidiana. Pero lo primero es lo primero: debemos centrarnos en su objetivo.
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