HabÃa esperado que tener hijos pequeños serÃa costoso, y tenÃa razón. Niños son costoso. Pero ahora que tengo un adolescente, mi noción anterior de caro es ridÃcula. Porque los adolescentes son AF caro. En unos cortos, no tendré uno, sino tres adolescentes, y el solo pensamiento me contrae.
Aquà está mi consejo: comience a ahorrar incluso antes de que vea las lÃneas dobles en la barra del embarazo porque tener un adolescente es como un dedo medio para sus finanzas. Comen 4 veces más de lo que solÃan consumir. Anhelan cosas como teléfonos inteligentes y zapatos hechos a medida. Necesitan tomar clases de educación vial. Quieren un automóvil, o quieren usar el suyo todo el tiempo, asà que debe agregarlos a su seguro. Es necesario poner gasolina en dicho automóvil para llevarlos a lugares, ya sea que conduzcan su vehÃculo o el suyo. Y luego están todos esos molestos gastos de mantenimiento, como neumáticos y cambios de aceite.
Las graduaciones y los bailes de graduación se parecen más a bodas. Ya no quieren pasar el rato en el sótano con un plato de mis galletas caseras y Netflix; quieren ir al cine, obras de teatro escolares, restaurantes y gimnasios de trampolÃn que cuestan exactamente un millón de dólares si quieren traer a un amigo y comer mientras están allÃ. Mi chequera está pidiendo piedad, y tengo palpitaciones cardÃacas simplemente escribiendo todo eso.
Y aún no hemos llegado a la universidad. ¿Te estás volviendo loco? Porque me estoy volviendo loco.
Y es por eso que todos mis adolescentes tendrán un trabajo; no trabajar simplemente no es una opción en esta casa.
Según un reciente Bloomberg informe, los adolescentes ya no trabajan como solÃan hacerlo en los años ochenta y noventa. Como adolescente en los años 80 y 90, siempre tuve un trabajo. Si querÃa salir con mis amigos, necesitaba ganar mi propio dinero. Si querÃa comida diferente a la que me proporcionaron mis padres, yo era responsable de comprarla, y cuando Ãbamos de compras de regreso a la escuela, si querÃa algo más allá de lo que mis padres podÃan pagar (siempre lo hice), era todo. para mà sacar mi monedero y tirar el queso cheddar.
Cuando comencé a conducir, pagué la educación de mi conductor. Compré mi seguro de automóvil y registré mi automóvil; era una tonelada de dinero y mis padres me ayudaron cuando pudieron, pero con cuatro adolescentes muy sociables en la casa, se esperaba que tuviéramos la mayor parte de nuestro propio peso. Asà que todos tuvimos trabajos, muchos de ellos.
Mi hijo ha crecido en muchos de los deportes que solÃa jugar y ahora le encanta trabajar. El verano pasado, ganó casi mil dólares, que usó para comprar un teléfono inteligente. Durante las vacaciones de primavera, trabajó junto a su padre haciendo plomerÃa y compró una bicicleta nueva. Quiere seguir trabajando este verano para permitirse algunos lujos que no derrocharé, y le recordé que si quiere un automóvil, deberÃa comenzar a ahorrar para uno porque ciertamente no lo compraré.
Es beneficioso para todos que mi hijo haga algo que le guste, como trabajar en una granja con su abuelo o aprender el oficio de plomerÃa con su padre. Está ganando su propio dinero y está aprendiendo sobre la independencia, el trabajo duro y muchas otras habilidades para la vida en el proceso.
No quiero que mis hijos se queden sin las necesidades de la vida, pero para mà es importante que sepan lo caras que son las cosas. Después de todo, no soy un maldito cajero automático. Yo soy su madre
Quiero que mis hijos sepan exactamente hasta dónde llegará un dólar para que la próxima vez que quieran quejarse, “Pero Mo-om, son solo 50 dólares, solo consÃguenmelo”, lo reconsiderarán porque saben exactamente cuánto tiempo toma para ganar 50 smackers.
Quiero que vean lo que el trabajo duro puede hacer por usted, cómo puede hacerlo sentir. Cuando trabajas duro y sabes que hiciste lo mejor que pudiste y ganaste dinero, es una sensación increÃble, y está bien luchar un poco mientras trabajas. De hecho, podrÃa generar un poco más de empatÃa por los camareros y otros empleados, o hacer que piensen dos veces antes de dejar la basura en un banco del parque para que no hagan más trabajo para otra persona.
Como padres, podemos enseñar mucho a nuestros hijos, pero no podemos enseñarles todo. Por eso en esta casa, mis hijos trabajarán. No solo me lo agradecerán más tarde, les garantizo que se agradecerán a sà mismos cuando puedan permitirse esas zapatillas elegantes o un vehÃculo propio sabiendo que lo hicieron todo por sà mismos.
Asà que, aunque estoy muy orgulloso de mi hijo por querer trabajar este verano, es algo que de todos modos le habrÃa obligado. Y haré lo mismo con sus hermanos porque aprender a trabajar como un loco bajo la dirección de otra persona puede ser aún más valioso que el sueldo que traen a casa.