Decir que nuestra familia se parece a un circo ambulante podrÃa ser un poco insuficiente.
Usted ve, tenemos cuatro hijos, de 3 años o menos. No, no somos una familia mixta y, no, no me estoy olvidando de uno o dos hijos.
Da la casualidad de que soy una máquina de crÃa gemela, solo las escupo por dos. Asà que vayamos al grano de lo que es mi vida con esta manada mÃa.
Para empezar, todos comparten un cumpleaños. SÃ, ambos pares de gemelos. Cuatro cumpleaños en un dÃa, nuestras mentes también quedaron impresionadas.
Gracias a mi prometido, tengo la suerte de estar en casa, mamá, y no hace falta decir que no vemos la luz del dÃa con tanta frecuencia. En los dÃas que no tengo más remedio que cargar mis pequeños y salir de nuestra casa, Dios me conceda la gracia.
Llevar a dos niños pequeños y dos bebés a nuestra camioneta es casi tan elegante como un pulpo deslizándose por la ciudad en patines.

Se necesita estrategia, bocadillos de fruta, botellas con puntales y mucho café. Y por amor a todo lo que es santo, ¿por qué puedo Nunca encuentra las llaves de mi auto?
Aprendà por las malas que a mis gemelos mayores nunca (bajo ninguna circunstancia) se les deberÃa otorgar la libertad de deambular por nuestra camioneta mientras yo, con tanta gracia, abrocho a los bebés. Si lo hago, es probable que quede bloqueado, lo que resultará en una muy humillante llamada al 911 “Padre del año”.
No hace falta decir que los gemelos mayores no tienen privilegios de vagabundeo y tengo una historia de risa que contar en su graduación.
Cuando hayamos llegado a nuestro destino (la mayorÃa de las veces, nuestra pequeña ciudad Walmart), quiero ser rápido al respecto. Por lo general, porque estoy vestido como si no supiera que estaba saliendo de mi vehÃculo.
Pero seamos honestos, no hay nada “rápido” sobre cuatro niños, excepto tal vez el arte de concebirlos. Y se necesita tanta maniobra, soborno y manipulación para sacarlos del automóvil como para meterlos en el automóvil.
Mi hijo se queda a mi lado, ayudándome a empujar a los bebés en nuestro cochecito doble (el niño de mamá), y a mi hija mayor le gusta quedarse tranquilamente en la-la-land a unos cinco pies detrás de nosotros, protestando por mi necesidad de apresurarme.
Al final de nuestro viaje, los niños están inquietos, mi ansiedad ha llegado a su punto máximo y los gemidos de los bebés rebotan en cada orificio de la tienda. Pero nunca deja de sorprenderme lo fascinadas que están las personas con los gemelos. Y cuando noten que hay DOS pares de gemelos, ¡sostén mi bolsa de pañales porque casi tengo que sacarlos de mis hijos con mis propias manos!
Puedo estar en la fila, tratando de domesticar a mis pequeños niños salvajes, calmar a mis bebés y buscar un cupón, y un extraño total todavÃa cree que tengo tiempo para preguntas obvias.
“¿Son los dos gemelos?”
“Nop. En realidad, ambos son trillizos. Pero dejamos uno en casa “.
¿O qué tal mi pregunta favorita, “¿Son idénticos sus gemelos niño / niña?”
“¡Por qué sÃ, son idénticos! Hasta su pene y su vagina.
Y solo puedo decir que no podrÃa importarme menos la esposa del primo de tu tÃo, que tiene gemelos. Tengo suficientes gemelos para preocuparme.
Una vez que hayamos respondido una gran cantidad de preguntas, esquivamos a los vecinos que conocemos pero no tenemos la energÃa para conversar y recibimos palitos luminosos por “buen comportamiento”, es hora de cargarlos de nuevo, conducir a casa y descargar una vez más .
Regresamos a nuestra humilde morada, que se parece a las secuelas de una jugueterÃa después de un tornado de categorÃa 4. Apenas puedo caminar dos pies sin tropezar con algo o alguien.
Y a pesar de mis búsquedas increÃblemente minuciosas, no hay clases para “Cómo mantener la calma y un hogar limpio mientras crÃo dos juegos de gemelos”.
La gente siempre me dice: “No sé cómo lo haces”.
Y si soy sincero conmigo mismo, algunos dÃas, tampoco estoy seguro de cómo lo hago. Pero, solo lo hago.
Siempre estoy de pie, con (al menos) un bebé en la cadera y dos niños pequeños detrás.
Mi lista de tareas pendientes nunca se completa, y ni siquiera voy a entrar en mi situación de lavanderÃa y platos.
Mi cocina nunca está a la altura de los estándares del chef Ramsay, pero puedo cocinar en el microondas un perro de maÃz malo y puedo agarrar un puñado de bolas de queso (con una sola mano, agregaré) como si no fuera asunto de nadie.
La hora del baño debe considerarse un deporte olÃmpico por aquà y cuando la hora de acostarse gira, el acurrucarse es real. Mis hijos pueden calmarse voluntariamente para dormir, pero solo son pequeños una vez y el solo pensar en eso, me empuja a quedarme.
Si pudieras verme acostada con cuatro niños tendidos en cada centÃmetro de mi cuerpo, probablemente pensarÃas que mis manos están llenas.
Y lo son, pero eso no es nada en comparación con el amor que llena mi corazón. Porque recibo dos juegos de besos, dos juegos de abrazos, dos juegos de abrazos y cuatro bebés para amar.
