Mientras que algunos solo ven a su hijo haciendo un ataque, yo veo a la mujer luchando detrás del caos. Te veo en la tienda, en la clase de natación, flotando en la cerca del jardÃn de infantes. Te veo, porque he estado allÃ. Estoy ahÃ. Tener un hijo con ansiedad es una batalla que se desarrolla en casa, a altas horas de la noche, a la hora de comer y en todo momento. Es una batalla que la gente tiende a culpar al niño, al padre o a ambos.
Es difÃcil criar a un niño que parece romperse tan fácilmente como un huevo, que siente que está siendo juzgada con cada mirada. Desea acercarse y proteger a su hijo de un mundo que es demasiado duro para su piel sensible, un mundo que a veces se siente demasiado duro para usted.
Mirando hacia atrás ahora, tal vez hubo signos tempranos: luchas con nuevos alimentos, sueño y entrenamiento para ir al baño. Te dijiste a ti misma que ella crecerÃa de esto. Su apretón apretado en tus manos se aflojarÃa, y ella aprenderÃa a volar sola.
Pero con cada nueva era, surgieron nuevos desafÃos. La mente de su hijo se llenó de miedo a morir, perder un diente y hacer amigos. Preguntas como: “¿Moriré?” y “¿Morirás?” Haga que un simple viaje en automóvil se convierta en un campo minado para ser navegado con respuestas bien diseñadas.
Una mujer en la clase de natación se vuelve hacia ti y te comenta lo despreocupado que es tu hijo mientras ambos la miran saltar al agua. Tienes destellos de que tu hijo teme tanto la clase de natación. No, piensas, ella no es despreocupada, pero es una luchadora. Ella es valiente.
Piensas en todas las victorias que ella ha tenido, en las que has tenido, victorias que otros padres pueden dar por sentado, como el cambio de su cuidado preescolar al terreno más duro del jardÃn de infantes con lÃneas para dejar y un mar de niños. Piensas en todas las victorias que la siguen, como sus temores de asfixia, perros y el baño. Ella es más que su ansiedad. Ella es una guerrera
Te has acostumbrado a sus preguntas cargadas como: “¿Qué pasarÃa si nuestras llantas se caen mientras conducimos?” Ahora reconoce estas preguntas como un pequeño vistazo a su mente preocupada: una mente preocupada que está constantemente agitada, una mente que a menudo necesita su ayuda.
Está empezando a sorprenderte, como cuando tuvo que dar sangre y tuviste miedo de decÃrselo. Estabas seguro de que estarÃa despierta la mitad de la noche como lo habÃa estado tantas veces antes. Estabas seguro de que tendrÃas que atraerla con tesoros de la tienda de dólar y golosinas de helado. Pero, después de su preocupación inicial, ella dijo que era “buena”. Esperaste los gritos predecibles y la llamada de personal extra. Pero ella estaba usando su expresión guerrera, y sabÃas que ella tenÃa esto.
Estás criando un luchador, no un niño ansioso. Otros pueden no ver sus batallas, pero tú sÃ. Puede que no celebren sus victorias, pero tú sÃ. Ya no te preocupas por sus preocupaciones porque crees en ella, pero lo más importante, ella cree en sà misma. Y eso, te das cuenta, la ayudará a superar esto. Y también lo ayudará a superar esto, un dÃa a la vez.