Imagen a través de Shutterstock
Hola mamá.
Puede que no me conozcas, pero yo te conozco. He caminado en tus zapatos (lentamente, por supuesto, para que las pequeñas piernas de mi niño puedan seguir el ritmo). He usado su portabebé, sintiendo el peso de mi hijo creciendo cortando mis caderas y hombros. He conducido su automóvil, cargado de asientos de automóvil torpes, carriolas, juguetes, bolsos de pañales, tazas para sorber y Cheerios esparcidos. He dormido en tu cama, despertándome varias veces por noche para amamantar, calmar, ahuyentar los malos sueños o simplemente confirmar mi presencia materna en el mundo.
He estado allĂ en el cielo y en el infierno de tu amor.
Ese amor, oh Señor ese amor. A veces es demasiado, ¿no? El amor y la preocupación que arrastra junto con él. El amor y la frustración que arrastra consigo. El amor y el agotamiento que arrastra junto con él. El amor está cargado, mamá. Es pesado y todo lo consume, asombroso y aterrador. Es encantador y afirma la vida, bendecido y santo. El amor de una madre no es fácil, ni al principio, ni en el medio, ni nunca. Es un enorme cofre del tesoro, cargado de riquezas y gemas, valioso sin medida. Pero no es ligero, y no es fácil. No puedes tener ese amor sin el peso. Los dos son inseparables.
Pero estos primeros años, mamá, te harán tan fuerte. Y la fuerza que obtienes ahora te ayudará a llevar ese amor a travĂ©s de paisajes que posiblemente no puedas anticipar. Ese amor es grande y pesado, pero confĂa en mĂ cuando te digo que lo levantarás sobre tus hombros y lo llevarás sobre las montañas. Nadarás a travĂ©s de mares turbulentos encadenados a tu corazĂłn. Te arrastrará y empujará a lugares que ni siquiera sabĂas que existĂan. Lugares impresionantes, lugares mágicos, lugares terrorĂficos. Estos años te están preparando, condicionando, construyendo tu fuerza y ​​resistencia para llevar ese amor a cualquier cosa, siempre.
SĂ© que a veces es difĂcil. Quizás la mayor parte del tiempo. TambiĂ©n sĂ© que es indescriptiblemente hermoso la mayor parte del tiempo. Puede que no lo sepa todo, pero puedo prometerle que toda la maternidad será asĂ. Arriba y abajo. Luz y oscuridad. AlegrĂa y desesperaciĂłn. Suave navegaciĂłn y tormentas furiosas. Y siempre-siempre… llevando ese amor. Ese pesado y exquisito recipiente lleno de belleza, alegrĂa, esperanza y temblor. No se vuelve más ligero, pero te volverás más fuerte, lo prometo.
SĂ© que es difĂcil ahora, pero no desees otro momento, no anheles otra temporada, no imagines que habrá un momento en que este amor no te desafĂe. No te dirĂ© que disfrutes estos dĂas porque pasan rápido, pero quiero que sepas que cuando estos momentos, dĂas o semanas se sienten pesados, eso es un amor que te condiciona para seguir cargándolo. Es dificil. Muy duro Pero tu fuerza y ​​capacidad son mucho mayores de lo que sabes. La maternidad te lo mostrará con el tiempo, si aĂşn no lo ha hecho. Lo difĂcil es una bendiciĂłn.
Y la alegrĂa, gracias a Dios por la alegrĂa. Joy es la mejor herramienta para padres si la usas bien. Aproveche cada momento alegre mientras sucede y mantĂ©ngalo hasta que penetre en su alma. No lo encontrarás en cada momento de la maternidad, pero concĂ©ntrate completamente en los momentos que haces. Los momentos alegres son correas, poleas, palancas y ruedas que harán que transportar ese amor sea mucho más fácil.
Y el uno al otro … Oh, mamá, Por favor encuentre otras madres que sepan llevar ese amor tambiĂ©n. Hablen entre ellos sobre cĂłmo se siente, sobre las cosas bellas que hay dentro, sobre la carga de llevarlo. Está bien reconocer la belleza y la dificultad en igual medida. No se supone que sea fácil. Pero podemos ayudarnos unos a otros compartiendo nuestras alegrĂas, recordándonos mutuamente nuestra fortaleza y diciendo: “Si hermana. Lo sĂ©. Es dificil.“En los dĂas en que nuestro propio amor se desliza sin esfuerzo por una pendiente, podemos ofrecer algo de nuestra fuerza a una madre que está luchando por empujar el suyo por la ladera de una montaña. Nos necesitamos unos a otros, mamá. Todos nosotros.
Tengo tantos grandes sentimientos cuando pienso en mis primeros dĂas de maternidad. Esos pequeños son tan puros, su futuro tan ilimitado, que el amor por ellos está tan lleno de asombro y preocupaciĂłn. Recuerdo haber sentido que a veces era demasiado pesado para mĂ manejar ese amor. TodavĂa lo siento a veces, a pesar de años y años de condicionamiento. Pero ese amor y yo hemos pasado por muchas cosas juntos. Me ha hecho fuerte. TodavĂa me hace más fuerte, todos los dĂas.
Y seguirá haciéndote más fuerte también. Lo prometo.
Continúa, mamá.