Lo he escuchado todo sobre la lactancia materna a largo plazo.
“Deja de amamantar cuando tenga la edad suficiente para pedirlo”.
“Después de cierta edad, es para el beneficio de la madre, no para el niño”.
“Nunca va a ser independiente”.
“Tan pronto como tenga dientes, debes detenerte”.
“Inapropiado.”
“Él también grande. Solo los bebés amamantan “.
“Es simplemente asqueroso”.
Puede obtener mucho más desagradable que eso, también.
Esta publicación no es un argumento en contra de ninguno de esos comentarios. No tengo la inclinación o la energÃa para discutir.
Esto es solo acerca de mà y mi hijo, en este momento, 2 1/4 años, y lo que la enfermerÃa significa para nosotros.

El otro dÃa, no habÃa amamantado tanto como suele hacerlo y cuando finalmente comenzó a amamantar, mi otro seno se filtró a través de mi camisa. Eso no habÃa sucedido en muchos meses, y me recordó cuántos cambios de enfermerÃa continúan.
No soy el lÃo permeable y lechoso que era cuando era un recién nacido. Mis senos son suaves, flácidos. Ahora puedo dormir boca abajo. Ya no uso sostén de lactancia. Mi cuerpo se está volviendo más y más mÃo.
A veces, solo quiere acurrucarse cuando se despierta en medio de la noche. A veces, quiere un bocadillo por la tarde, en lugar de nuestra sesión habitual de enfermerÃa en el sillón.
Puede pasar un tiempo antes de que se desteta por completo, pero de manera sutil, está sucediendo.
Estoy agradecido por estos momentos que tenemos juntos, enfermizos y tristes (un poco desconsolados) por verlos partir. Estas son las razones por las que sigo amamantando:

Lo cuido porque sus grandes ojos color avellana cierran los mÃos durante 10 minutos en una tarde oscura y lluviosa.
Lo cuido porque tiene 2 años y acurruca su cuerpo suave y mantecoso en mi regazo, luego patea sus piernas hacia mi cara.
Lo cuido porque cuidé a su hermano y todos los dÃas, su hermano me necesita cada vez menos (y algunos dÃas más y más) y extraño su pequeño cuerpo acurrucado en el mÃo.
Lo cuido porque solÃa ver a mi madre amamantar a mi hermana, y ella le acariciaba el cuello y jugaba con su collar y la vida era lenta y tranquila.
Lo cuido porque me recuerda tomar un descanso y sentarme un rato.
Lo cuido porque dice: “Milkies, por favor”, y me gusta que lo llame asÃ: su cortesÃa es adorable.
Lo cuido porque la oxitocina-alegrÃa se propaga por mi cuerpo mientras amamanta.
Lo cuido porque nos permite quedarnos en la cama los fines de semana por la mañana y después de sus siestas.
Lo cuido porque es la manera fácil: fácil de hacer que se duerma, que vuelva a dormir, fácil de detener un berrinche antes de que suceda.
Lo cuido porque quiero y él quiere.
Lo cuido porque sé que nuestro tiempo como este es corto, su necesidad de amamantar temporalmente y superada en su propio tiempo.
No disfruto cada segundo de amamantarlo; SerÃa extraño si lo hiciera. En medio de la noche, cuando tira de mis labios y mis párpados y me mantiene despierto cuando todos los demás están durmiendo, lo quiero fuera de mÃ. ahora. Pero luego se queda dormido y suspira, y huelo su cabeza que huele exactamente a él y somos solo nosotros dos respirando juntos en la frÃa y húmeda noche.
No creo que todos necesiten amamantar a su niño pequeño, a su preescolar, a su niño. Pero sà sé que es normal hacerlo, que la succión es una necesidad biológica que comenzó con la lactancia. Sé que la lactancia materna después de cierta edad no encaja con la imagen de maternidad de todos.
Está bien.
Pero esto es lo que nos parece correcto, y muchas más madres e hijos de lo que cabrÃa esperar.
Y entonces, cuidamos.
Me gusta esto:

Y asÃ:

Esta es nuestra normalidad, nuestras razones.
Nuestro amor.