Llevo poco más de cinco años en mi tiempo como madre, y ayer experimenté otro primero: sin saberlo, cargaba un turd en una bolsa de plástico. Asà es, una bola de mierda en un saco de plástico. Lo llevé como un gatito en una canasta.
Puede que se pregunte cómo pudo haber sucedido algo tan absurdo. Bueno, déjame iluminarte. Comencemos con los hechos: mi hijo menor está entrenando para ir al baño. No entiendo bien cómo enseñarle a un niño a usar el baño, por lo que mi método es principalmente jurar y limpiar los desordenes.
Mi hijo insiste en usar ropa interior todo el tiempo, lo cual está bien. Me encanta tirar una basura suelta en el inodoro cuando las cosas se caen. Hasta ayer, pensé que era un protocolo: cuando un niño caca en su ropa, le quitas la caca de la ropa. Tú liberas al turd. No dejes que la turba se marine en la ropa interior de algodón como una especie de bárbaro recolector de turba. Usted. Tugurio. Los. Zurullo.
Sin embargo, he descubierto que lo que una vez pensé que era una regla tácita no es una práctica estándar, sino más bien una preferencia personal entre los manipuladores de turd. Verán, amigos, mi pequeño cachorro de hombre tomó un tugurio del tamaño de un oso ayer mientras estaba en el preescolar. Su maestra me envió un dulce mensaje de texto para alertarme sobre el accidente y me aseguró que estaba todo limpio y bien.
Lo que no me dijo fue que ella puso todo En una bolsa de plástico. No hubo turd-dump de cortesĂa: todas Fue en la bolsa. AsĂ es: oso turd, envuelto en Patrulla de la pata calzones para niños pequeños, dentro de la bolsa, anudados.
Cuando lleguĂ© a recogerlo, la bolsa de compras de plástico colgaba del gancho debajo de su cubĂculo. Lo agarrĂ©, asumiendo que era su ropa interior sucia, y no pensĂ© mucho más en eso. Los accidentes ocurren, y mi lavadora tiene una configuraciĂłn para niños pequeños, por lo que es genial.
RecogĂ a mi hijo, quien insistiĂł en llevar la bolsa. DeclinĂ© porque poner a un niño pequeño a cargo de una bolsa que contenĂa ropa interior con popa parecĂa un mal plan. Pero despuĂ©s de cinco minutos de gritos y su abrumadora insistencia en que se le permitiera sostener “su bolso”, cedĂ. Lo acunĂł en su regazo todo el camino a casa.
Cuando llegamos a casa, descarguĂ© el auto y decidĂ manejar el Mierdaantes de comenzar la cena. DesatĂ© el saco y comencĂ© a extraer lo que creĂa que era meramente ropa interior sucia, lista para tirarla a la lavadora que esperaba. Pero, dulce madre de todas las cosas santas, allĂ estaba … una enorme mierda que se habĂa fusionado con el algodĂłn Patrulla de la pata ropa interior.
Me ardĂan los ojos cuando salĂ corriendo al contenedor de basura y desechĂ© todo. No habĂa forma de que yo fuera a cincelar una vieja porquerĂa con un par de pantalones de $ 2, demonios.
Entonces, debido a que esto es obviamente algo que hay que decir, deseche la basura. O al menos, avĂsale a una dama antes de darle una bolsa de basura. “Oye, por cierto, hay una mierda allĂ”. Es solo cortesĂa comĂşn. No podrĂa haber estado más desprevenido si encontraba esa cosa en llamas en mi porche delantero.
Arrojarlo. Siempre.
El fin.
Nota: desde que escribĂ esto, aprendĂ que los proveedores de guarderĂas y los maestros de preescolar tienen el mandato de enviar la pepita a casa, no se permite el vertido. Es un problema de saneamiento, que puedo entender completamente. Dicho esto, mi postura ahora es profesional, ropa interior y todo.