Mi segundo hijo mayor recientemente terminó su primer año corriendo a campo traviesa para su equipo de secundaria. Fue una temporada llena de trabajo duro, compromiso y dolor. Mucha pena.
Esta no es una publicación del tipo “Estoy muy orgulloso de mi hijo porque es el ganador número 1”.
Esta es una publicación de “Estoy muy orgulloso de mi hijo porque es el perdedor número 1”.
Lo has leÃdo bien. Él perdió. Mucho. Tanto que pensé que mi corazón se romperÃa. Pero, él nunca supo que me sentÃa asÃ. Le darÃa una sonrisa a mi mamá y gritarÃa “¡Lo estás haciendo genial amigo!” mientras luchaba por terminar su carrera. Hubo momentos en que cruzó esa lÃnea de meta, y contuve las lágrimas que eran igualmente tristes y orgullosas. Nunca lloraba, aunque estoy seguro de que querÃa hacerlo.
Y seamos realistas, tenÃa que ser vergonzoso, tenÃa que ser De Verdad Es difÃcil comenzar una carrera sabiendo de antemano que es muy probable que seas el último. ¿PodrÃas hacer eso? No estoy seguro de poder hacerlo. Al comienzo de la temporada trató de encontrar muchas excusas para dejar la práctica, pero no lo dejamos. QuerÃamos que entendiera que era parte de un equipo y que su equipo dependÃa de él. Eventualmente dejó de intentar saltarse y aceptó que irÃa independientemente de su deseo de no ir.
Déjame retroceder …
Como su madre, puedo decir honestamente que nunca ha sido un atleta estrella. Se tropieza con sus propios pies. Literalmente. Pero cuando Edward y yo descubrimos que un puñado de sus amigos se unÃan al equipo, lo alentamos a unirse también.
La conversación fue algo como esto:
Yo: “Oye, creo que deberÃas correr a campo traviesa este año”.
Niño: “No, gracias”.
Yo: “Realmente creo que deberÃas. PodrÃas disfrutarlo.
Kid: “Está bien. Correr no es lo mÃo “.
Yo: “Bueno, eso podrÃa sé lo tuyo si lo intentas.
Kid: “Realmente preferirÃa que no”.
Yo: “Está bien, voy a inscribirte. ¡Todos tus amigos lo están haciendo!
Niño: (Esto es la parte en la que no dijo nada y solo me miró. Estoy bastante seguro de que lo que estaba pensando era “¡¿No acabas de escuchar lo que dije mamá ?!”)
Escucha. La escuela secundaria es difÃcil. La escuela secundaria puede apestar. Sentimos que cuantas más oportunidades tuviera para pasar con niños fuera de la escuela, mejor. Sin mencionar que ser parte de un equipo puede ampliar los niveles de comodidad de un niño y alentarlo a hacerse amigo de niños que quizás nunca antes hayan conocido. Además, pasarÃa tiempo fuera de la electrónica, nada más que aire fresco, bla, bla, bla.
No quiso hacerlo. Expresó que no querÃa hacerlo. Lo inscribà de todos modos. Tal vez es por eso que la culpa de mi madre estaba en su punto más alto, fue todo lo que hice.
Ahora, para ser claros, Edward y yo desde entonces solemnemente le hemos jurado que, a menos que él elija hacerlo, NUNCA, NUNCA, NUNCA lo volveremos a hacer un deporte escolar. SIEMPRE. Y estamos de acuerdo con ese acuerdo. Todo el tiempo pensamos que estábamos enseñando a nuestro hijo sobre la perseverancia y el trabajo en equipo. Y aunque creo que esas lecciones se aprendieron, él nos enseñó a Edward y a mà mucho más.
Hubo un momento durante una de sus últimas carreras que logró terminar antes que otros dos niños. Tan pronto como sus pies cruzaron la lÃnea de meta, este increÃble niño se dio la vuelta para animar a los dos niños detrás de él.
Este fue el momento. Esto fue cuando me di cuenta de que mi hijo estaba ganando. Está ganando en ser bueno, amable y humilde. La vida se trata de aprender a levantarte y seguir corriendo sin importar la frecuencia con la que pierdas la carrera. Y este niño está ganando.
Puede que no sea un atleta increÃble, pero es el tipo de hombre que quisiera en mi equipo. Lo dará todo y perderá como un ganador. Una y otra vez.
Lección aprendida.