Me pregunto si tendrÃa chicas si esto fuera diferente. Siempre he sido fácil de dejar, derrotado incluso por pequeños contratiempos. El fracaso en un proyecto se siente como un reflejo de mi valÃa. Si mi puente se cae, no debo tener una mentalidad de ingenierÃa, o soy estúpido. Odio parecer tan tonto que probablemente nunca intente construir un puente nuevamente (probablemente retirándome a la lectura, lo cual es difÃcil de fallar).
Esto es, según Rachel Simmons en Hora, bastante tÃpico de cómo el fracaso se descompone a lo largo de las lÃneas de género. El nuevo libro de Jessica Lahey, El don del fracaso: cómo los mejores padres aprenden a dejar ir para que sus hijos puedan triunfar, proporciona evidencia sólida de que a los niños les va mejor cuando mamá y papá no intervienen y salen de cada vÃa de tren rota o problema matemático incorrecto. Paradójicamente, el fracaso es necesario para el éxito; Ayuda a los niños a desarrollar la arena.
Y el fracaso puede ser más difÃcil de soportar para las niñas que los niños, dice Simmons. Por un lado, “cuando las niñas cometen errores, es más probable que interpreten el revés como un signo de falta de habilidad, un factor mucho más difÃcil de cambiar para las niñas”. Los niños, por otro lado, tienden a atribuir el fracaso a circunstancias más controlables “. Simmons señala que se debe, en parte, al tipo de comentarios que reciben las niñas en la escuela, comentarios que tienden a enfatizar las habilidades (o incapacidades) innatas de las niñas en lugar de las correcciones de comportamiento especÃficas.
Pero Simmons cita otra explicación que me parece verdadera: las niñas se socializan para complacer a los demás, por lo que el fracaso y la decepción de un maestro o padres se siente como un golpe más fuerte que para un niño. El verdadero éxito, para todos nosotros, significa aprovechar la motivación intrÃnseca en lugar de recompensas externas. Es un tema que se ha estudiado ampliamente (lo encontré por primera vez a través de la investigación de Alfie Kohn). Los niños necesitan querer tener éxito en algo para su propio placer y satisfacción, no para elogios o trofeos.
Las niñas pueden encontrar que el imperativo social de estar atentas a los comentarios de los demás, incluidos los elogios o las crÃticas, puede enturbiar su sentido de lo que realmente quieren. Los niños, que no necesariamente tienen que escanear sus entornos constantemente en busca de comentarios, podrÃan ser más libres para perseguir sus proyectos sin una pequeña voz de autocrÃtica interfiriendo.
Elogio a mi hijo, pero como lo indica la investigación sobre la motivación, hago todo lo posible para alabar sus esfuerzos en lugar de su habilidad (“Trabajaste muy duro” en lugar de “Eres tan inteligente”). Mientras tanto, su inclinación a llevar a cabo sus proyectos de construcción me ha hecho cuestionar la mÃa. no-stick-to-it-iveness. PodrÃa soportar aprovechar mi propia motivación intrÃnseca, que planeo hacer tan pronto como termine de leer mi libro.