Ahhh, el dulce, dulce sonido de nadie corriendo la boca sin parar sobre la explosión de volcanes o portales o mundos subterráneos. El momento que todos hemos estado esperando está sobre nosotros; De vuelta a la escuela. Pero tengo que decir que, aunque me quejé de estar encerrado con mis hijos durante semanas, la cuenta regresiva final del verano fue realmente agradable.
Mira, estoy tan sorprendido como cualquiera. ¿Quién sabÃa que podrÃa disfrutar pasar tiempo con mis hijos? Pero se están convirtiendo en personas bastante entretenidas y, milagrosamente, realmente no me molestaron tanto. El primer dÃa, me sentà inusualmente tranquilo y confiado.
Después de obtener el millón y un artÃculos en la lista de útiles escolares, ir de compras a la escuela a la última moda, comprar mochilas y loncheras nuevas, asegurar el atuendo correcto para el gimnasio, encontrar cerraduras de combinación para los armarios de la escuela y conseguir a todos, incluido yo mismo, listo a tiempo, me sentà bastante orgulloso, equilibrado y competente por lo que pudo haber sido la primera vez en mi vida. En realidad habÃa logrado hacerlo todo. Era una maravilla para la vista. Hasta que … salà a mi porche delantero, donde mi destreza loca y mi autoestima se hicieron pedazos rápidamente.
El mundo entero ya estaba saltando alegremente por la calle a la escuela, temprano, y mi vecina al otro lado de la calle estaba en medio de una sesión de fotos en su jardÃn delantero.
Maldita sea, pensé, examinando la escena desde el lugar en el porche donde me detuve en seco. Se supone que debo tomar fotos.
Um, asà que olvidé tomar fotos de mis hijos el primer dÃa de clases. Han estado yendo a la escuela durante unos cinco años, asà que … estoy bien. Quiero decir, ¿cuántas fotos del primer dÃa de escuela realmente necesitar?
Entonces lo pensé mejor. Los buenos padres siempre están tratando de mostrarme, y simplemente no pude tenerlo. No este año. Pero ya habÃa cerrado la puerta principal con mi iPhone dentro, y no pude poner en peligro mi sincronización perfecta el primer dÃa.
Mientras mi cerebro buscaba una solución, me golpeó. HabÃa una persona que nunca serÃa atrapada sin su teléfono celular.
Me volvà hacia mi hija y le dije: “Entregue su teléfono. Quiero tomar una foto tuya y de tu hermano el primer dÃa. Ella rápidamente presentó su teléfono y los dos se reunieron frente a los escalones.
“Sonrisa.”
En ese momento, mi hijo hizo una variedad de rostros enojados y generalmente se negó a cooperar, por lo que ni siquiera pude obtener una buena foto para recordar y apreciar este momento especial.
Sin embargo, lo importante es que yo hizo toma una foto.
Porque, ¿qué clase de madre olvidarÃa tomar una foto de sus hijos el primer dÃa de clases?