Es la misma historia casi todos los dÃas. Abro la lonchera de mi jardÃn de infantes, y es un desastre. Un sándwich con aproximadamente dos mordiscos sacados, el resto en ruinas desmenuzadas. Una manzana golpeada con una pequeña mordida. Una barra de granola sin abrir. Y por si acaso, una masa húmeda y empapada de queso en cadena que me da arcadas.
En otras palabras, mi hijo de kÃnder llega a casa apenas almorzando. Cada. Soltero. DÃa.
Afortunadamente, estoy acostumbrado a este tipo de cosas. Mi hijo mayor, ahora de 11 años, hizo exactamente lo mismo para casi toda la escuela primaria, y solo ahora está empezando a hacer mella en su almuerzo. De alguna manera, sobrevivió, y sé que mi hijo menor también lo hará.
Tengo algunas teorÃas sobre por qué algunos niños parecen no poder reunirse y comer en la escuela. Creo que tiene mucho que ver con el ambiente en la cafeterÃa. Es AF lleno de gente y ruidoso allÃ, por ejemplo. Todas las cafeterÃas escolares son; esa es solo la naturaleza de la bestia. Huele todo tipo de formas, y para los niños con problemas sensoriales como mi hijo mayor, esto puede ser un problema real (él ha compartido que a veces está amordazado por los olores de la cafeterÃa).
Además de todo eso, está el aspecto socializador del almuerzo, que puede ser una distracción o francamente estresante. Claro, hay adultos que monitorean cosas, pero los niños tienden a soltar un poco más durante la hora del almuerzo, sus personalidades con toda su fuerza. Y eso puede ser abrumador, especialmente para los niños pequeños y tÃmidos como mi niño de kindergarten.
Además, algunos niños solo comen mejor en casa, donde pueden relajarse. Donde es tranquilo y familiar, y donde pueden tomarse su tiempo. Asà es para algunos niños.
Mis dos hijos llegan a casa muriendo de hambre a las 3 en punto, y he aprendido a asegurarme de que haya una comida esperándolos en ese momento. Mi niño de kindergarten también come un refrigerio a media mañana en la escuela, asà que sé que no se muere de hambre todo el dÃa. (Nota al margen: este refrigerio a media mañana, que trato de mantener pequeño, probablemente arruina su apetito para el almuerzo. ¿Pero qué puede hacer?)
Hace unos meses, un padre compañero de jardÃn de infantes me confesó que su hijo apenas tocaba su almuerzo. El papá estaba preocupado. Pensó que su hijo debÃa ser el único. Cuando le dije que mis hijos hicieron lo mismo, definitivamente se sintió aliviado. Y por lo que puedo decir, ninguno de nosotros está solo. Hay muchos, muchos los niños que comen casi nada en la escuela y ahorran el apetito para cuando lleguen a casa.
Claro, hay muchos niños que almuerzan bien. Y también me doy cuenta de que, para los niños que viven en la pobreza, omitir un almuerzo escolar gratuito no es una opción. Hay un aspecto privilegiado de poder saltear comidas, y definitivamente me siento horrible por la comida desperdiciada que mis hijos traen a casa. Pero, al mismo tiempo, sé que ser un niño es difÃcil, ir a la escuela tiene su estrés, y es muy común que los niños no puedan comer mucho durante el dÃa escolar.
Escucha, no estoy diciendo que me encanta. He intentado todo tipo de tácticas para que mis hijos coman más durante el dÃa escolar. Incluso lo he discutido con sus maestros, quienes me dicen que ven este tipo de cosas a menudo. Odio que mis hijos vuelvan a casa malhumorados y hambrientos. También deseo que haya una manera para que las escuelas hagan que la atmósfera de la cafeterÃa sea un poco más suave y propicia para la calma.
Pero también estoy aquà para decir que tener un niño que come como un pájaro en la escuela es bastante común. Mientras su hijo coma lo suficiente para sobrevivir y no tenga dificultades para funcionar durante el dÃa escolar, probablemente todo esté bien. Los niños son más duraderos de lo que pensamos. Lo juro.
El lado positivo es que la mayorÃa de los niños crecen fuera de esta fase. Justo en el último año, mi hijo mayor, que es el comensal más exigente del mundo y no almorzó en la escuela durante años, finalmente está trayendo a casa una lonchera vacÃa. Es asombroso. Creo que a medida que envejece, está en mejores condiciones para desconectarse de todas las distracciones de la cafeterÃa y ponerse manos a la obra.
Mi pequeño también llegará allÃ. Hasta entonces, estaré aquà abriendo su desagradable lonchera todas las tardes, encogiéndome, tapándome la nariz, maldiciendo por lo bajo y esperando con la mayor paciencia posible hasta que termine esta fase molesta.