Cuando somos bebĂ©s, nuestros hijos dependen de nosotros para, literalmente, todo. Incluso ayudamos a nuestros bebĂ©s a eructar, lo que aparentemente no pueden hacer solos. Una de nuestras misiones principales como padres de estos niños en crecimiento es enseñarles a ser eventualmente independientes y (tragar) no confiar tanto en nosotros. Recientemente escribĂ una publicaciĂłn sobre dejar ir a los niños a medida que crecen, y cĂłmo a veces son los niños los que saben que están listos para la siguiente etapa, incluso antes que los padres. DespuĂ©s de escribir ese artĂculo, me sentĂ© y me di cuenta de que en realidad todo se reduce a que el niño dice y / o muestra: “Hola mamá o papá, tengo esto”, y los padres están listos para aceptar, confiar en su hijo y dejarlo ir. .
Por ejemplo, usted duda en darle a su hijo comida con los dedos, pero se come un Cheerio por primera vez y lo mira con un brillo en los ojos: “No hay problema. Tengo esto, mamá “.
Su niño pequeño suelta su mano, da sus primeros pasos y lo mira con confianza, “Tengo esto, mamá”, antes de que se caiga y se levanta para intentarlo de nuevo.
No sabes cĂłmo se separará tu hijo de ti en el preescolar, pero Ă©l te suelta la mano y da sus primeros pasos tentativos en su nuevo salĂłn de clases, mirándote con un indicio de “Tengo esto , Mamá “a pesar de que hay lágrimas en ambos ojos.
Dejas ir la parte trasera de la bicicleta de tu hijo mientras monta por primera vez en su vehĂculo de dos ruedas sin ruedas de entrenamiento, y grita triunfante: “¡Tengo esto, mamá!”
Su hijo se para al final del trampolĂn, con los dedos de los pies sobresaliendo del borde. Cierra los ojos y salta. Él aparece debajo del agua y nada hacia la escalera, “¡Tengo esto, mamá!”
Ves a tu hijo subir al autobĂşs escolar para ir al jardĂn de infantes y, cuando te mira por la ventana, te sonrĂe y alza el pulgar, como si dijera: “Tengo esto, mamá”.
Su hijo se une a su primera clase de fĂştbol / t-ball / equipo de nataciĂłn / baile y despuĂ©s de una gran práctica dice: “¡Me sacudĂ esto, mamá!”
Su hijo se rompe la pierna / brazo / dedo. Lo abrazas y lo abrazas y le aseguras que todo estará bien. Aprieta los dientes con lágrimas y dice: “Lo sĂ© mamá. Tengo esto.”
Lleva a su hijo a la casa de una amiga para su primera pijamada, y ella le da un feliz abrazo adiĂłs, “¡Tengo esto, mamá!”
Llevas a tu hijo a la práctica de hockey sobre hielo, donde los padres ya no pueden entrar al vestuario. No está seguro de cĂłmo su hijo se pondrá las almohadillas y los patines sin usted. Sin perder el ritmo, dice: “Tengo a esta madre”.
Visitas a tu hijo en el campamento para dormir, y aunque hay algunas lágrimas, tu hijo te tranquiliza: “Estoy bien. Tengo esto, mamá “.
Su hijo se gradĂşa de la escuela primaria, y mientras llora con lágrimas en la audiencia, ella lo mira con orgullo desde el escenario y dice: “¡Tengo esto, mamá!”
Esperas con tu hijo el autobĂşs a la escuela secundaria y te estremeces de preocupaciĂłn, pero Ă©l dice con determinaciĂłn: “Tengo esto, mamá”.
Le da a su hijo un telĂ©fono celular y tiene una discusiĂłn sobre el uso responsable de la tecnologĂa. Hablas francamente sobre las redes sociales, los mensajes de texto, el acoso cibernĂ©tico, las contraseñas, etc. Sabiendo que su hijo cometerá algunos errores con el telĂ©fono celular que está a punto de darle, los escucha decir con entusiasmo: “Tengo esto, mamá”.
Dejas a tu hijo y a sus amigos en el centro comercial por primera vez sin ti y le recuerdas que te envĂe un mensaje de texto cada media hora para registrarte. Ella pone los ojos en blanco y dice: “EstarĂ© bien mamá. Tengo esto.”
Todos hemos sido testigos de estos momentos de “Tengo esto, mamá”. Ya puedo ver nuestros prĂłximos hitos “Tengo esto, mamá y papá” en el horizonte: citas, conducir, la universidad y más. Oh Señor. Naturalmente, los niños seguirán presionando por más libertad, responsabilidad e independencia y cuando lo hagan, sabremos que probablemente es hora de darles un poco más de soga. Hemos tenido que poner nuestra confianza en ellos a lo largo del camino, ya sea en la escuela, en el vestuario o en el centro comercial, y dejarlos ir. Por supuesto, hemos tenido una buena cantidad de contratiempos cuando nuestros hijos han demostrado que no están listos para manejar algo (tomarĂ© ese telĂ©fono de regreso, muchas gracias), y en ocasiones no hemos estado de acuerdo sobre lo que están listos. para y cuando. Los errores son parte del proceso, supongo. En su mayor parte, parece que los niños realmente saben cuándo están listos para asumir un nuevo escenario o desafĂo, y a veces nosotros, como padres, tambiĂ©n podemos reconocerlo.
El mes pasado, llevĂ© a nuestro hijo mayor a su orientaciĂłn de la escuela secundaria. Nos sentamos allĂ en el auto por un momento, y cada uno de nosotros respirĂł profundamente como una “mierda santa” mientras contemplamos el enorme edificio de la escuela secundaria frente a nosotros. MirĂ© a mi hija, que ahora tiene casi mi estatura, tan adulta que se embarcĂł en esta nueva etapa de su vida. Le di un beso en la mejilla y una palmada en el brazo, deseándole tantas cosas buenas. Cuando saliĂł del auto, me inclinĂ© y le dije con una sonrisa: “Oye, tienes esto”.
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