Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los casos, fue la “dulce madre de Dios, ÂżquĂ© demonios es ese golpe?” de veces
Hace un par de meses, mi hijo mayor ingresó al macrocosmos de la escuela secundaria. Ahora, vestido con un polo de color liso sin emblemas, huele un poco más funky, por lo general se ve un poco más brillante, puede despertarse más tarde y mira mucho más cuando piensa que nadie está mirando. Pero esos cambios son el estándar por el cual un padre mide el tweendom. La parte que no esperábamos era su nuevo pasatiempo favorito: voltear la botella.
Si no has oĂdo hablar sobre el volteo de botellas, me gustarĂa la direcciĂłn de la roca en la que has estado viviendo para poder reunirme contigo allĂ en la residencia, y podemos pedir comida india para llevar y beber martini de vodka mientras nos pintamos las uñas y escondiĂ©ndose – escondiĂ©ndose de la maldita botella volteando porque esa mierda es como las elecciones presidenciales de 2016: está en todas partes. Pero a diferencia de la elecciĂłn, no terminará en 27 dĂas, y no estoy seguro de poder hacerlo mucho más.
Voltear la botella es cuando un niño toma una botella de agua de plástico llena hasta la mitad y la voltea (de ahà el nombre pegadizo), intentando que aterrice limpiamente en la parte superior o inferior de la botella. Pero la verdad es que, sin importar en qué dirección aterrice, todos los padres en todo el mundo en este momento están siendo sometidos a golpes constantes y repetitivos de botellas de agua parcialmente llenas en todas las habitaciones de la casa, y esto es justo cuando pensabas que la grabadora estaba Lo peor que iba a llegar.
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Alerta de spoiler: es peor.
Recientemente organizamos una fiesta de pijamas para el cumpleaños de mi hija. Mierda, ya tengo tres hijos: Âżcuánto peor podrĂan ser cinco niños más durante 12 horas?
Esa fue mi actitud antes de que todos aparecieran con botellas y comenzaran a voltearlas. Los estaban tirando del desván del segundo piso de mi casa de diseño abierto hacia el piso de baldosas. PreguntĂ© si al menos podrĂan cambiar el nivel del agua en cada uno para romper los sonidos de los golpes, pensando que esto podrĂa causar una sinfonĂa de golpes como notas en una canciĂłn pegadiza, pero no. Ninguna cancion Nada me gusta una canciĂłn (a menos que te hagan una resonancia magnĂ©tica).
Todo el ejercicio se detuvo cuando las botellas de agua explotaron y me obligaron a lidiar con mi otra cosa menos favorita: la limpieza. Fue entonces cuando los releguĂ© al patio delantero para que voltearan. Estoy seguro de que los vecinos todavĂa me tienen en su lista de mierda.
Recientemente me quejĂ© con una madre con hijos mayores que luego me dio el discurso completo, “al menos no es ____”. Puedes llenar el espacio en blanco con lo que quieras: drogas, sexo, pornografĂa, intimidaciĂłn, payasos. Tienes la idea. Y tenĂa razĂłn: voltear la botella podrĂa no ser el fin del mundo. Pero es (golpe) la banda sonora central (golpe) en mi vida en este momento (golpe), (golpe). “Dios mĂo, Âżpuedes dejar de voltear esa botella por un maldito segundo para que pueda tener un pensamiento completo?” (silencio)
ÂżDonde estaba?
Entonces, sĂ, si bien el volteo de botellas no es lo peor que pueden enfrentar las mamás en este momento, es sumamente molesto, no tiene ningĂşn propĂłsito real, y es precisamente el peor de los casos de hipo.
Y a nadie le gusta el hipo.